Quiero arrancar este año nuevo 2018 con una reflexión, viendo estos dos cuadros donde se muestra la evolución del palo en la escuela de San Andres (Tenerife) y la escuela de Don Eduardo Oramas, en 2 siglos se puede ver claramente la cantidad de personas involucradas y la evolución del juego. Con la escuela del palo y la mano en ese mismo espacio de tiempo solo existe el maestro Don Eduardo Oramas Alayón como transmisor directo y eslabón de unión entre dos mundos culturalmente tan diferentes, el del siglo XIX y el siglo XXI. Una cadena cultural que nos ha llegado de forma directa y que tenemos el deber de continuarla. Que afortunados somos en tener al maestro todavía con nosotros.....
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